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La obra diseñada por el Arq. Andrés Remy es la primera vivienda ecológica del barrio privado Haras del Sol, primer Slow Place de Argentina. Grandes ventanas que acompañan el recorrido del sol, parasoles y ventilaciones naturales, fueron algunos de los elementos utilizados de forma estratégica acompañando la figura de la orquídea.
El arquitecto Andrés Remy proyectó la Casa Orquídea y demostró que diseño y sustentabilidad es una forma posible. El proyecto de diseño exclusivo copia la figura de la orquídea. “El proyecto fue bautizado como Casa Orquídea, porque sus propietarios –una pareja joven con dos hijos- como pasatiempo cultivan estas flores exóticas-. Esa idea, y el entusiasmo y audacia de los propietarios convirtieron a esta casa en un gran desafío”, explicó Remy.
Respetando la estructura de la flor, la casa se compone de tres partes: las raíces, donde se ubicó el garage y el acceso; el tallo, que funciona de conector entre la raíz y la flor, pensado como un recorrido donde poder contemplar las obras de arte coleccionadas por la pareja y animales exóticos que poseen; y finalmente la flor, dividida en los pétalos y el pestilo, donde cada pétalo contiene una función diferente. El espacio central que contiene la circulación vertical y provee de luz cenital a todos los ambientes representa el pestilo, que conecta la planta baja y la planta alta, a modo de unión entre los pétalos.
Se utilizaron ventanas de aluminio con vidrios laminados, grandes parasoles de mampostería siguiendo el recorrido del sol, lo que permite aislar los rayos a las orientaciones más desfavorables, logrando un ahorro importante de energía.
En ese sentido, además de proponer un diseño exclusivo, se decidió que la vivienda sea sustentable. “Esta premisa de resolver una vivienda bioclimática nos llevó a trabajar con la incidencia del sol, desde la ubicación de los ambientes hasta la resolución de cada volumen en particular, estudiando sus ángulos al exterior y el retraimiento necesario de las carpinterías, variando de acuerdo a su orientación. Lo cual, además de dar respuesta al ahorro energético, dota a este proyecto de una riqueza formal única”, sostuvo Remy.
“Uno de los objetivos fue hacerla lo más fresca posible durante el verano y lo más cálida posible durante el invierno; por eso es que se pensó en la orientación de cada ambiente y se realizó un estudio de las actividades, horarios y gustos particulares de cada una de las personas que van a vivir allí", explica el arquitecto Andrés Remy.
"Para hacer una casa ecológica hay que partir de su implantación, teniendo presente el recorrido del sol y del viento. Por eso es que en función de la orientación se buscan los ambientes. Por ejemplo, el estudio de trabajo fue orientado hacia el sur, ya que el propietario quería un ambiente fresco, living comedor orientado al norte, la cocina al noreste, los dormitorios al este ", concluyó.
Para tomar cada decisión se han realizado estudios en el CIHE (Centro ….de Habitat y Energía, de la Universidad de Buenos Aires), donde el arquitecto tomó contacto con John Martin Evans quién lo guío para ubicar las aberturas y los grandes parasoles de mampostería y sus retiraciones en cada orientación. “Se estudiaron los ángulos, las orientaciones. Queríamos que el comedor que está orientado al oeste permita contemplar el atardecer, pero es una orientación que tiene mucha prestación de sol, por lo cual ahí jugamos con la vegetación, en verano estará protegido por las sombras que proyectarán los árboles y en invierno, con la caída de las hojas, va a penetrar el sol”, resaltó.
Se estudiaron las pérdidas térmicas, techos con ventilación, cámara de aire en todas las paredes, que las puertas y ventanas no fueran corredizas, para que tengan un cierre hermético, se estudió la incidencia del sol, las sombras y las temperaturas. “Cuando llevamos la primera maqueta a Ciudad Universitaria (CIHE), estudiando con Martin Evans la salida del sol, la temperatura de cada ambiente, tuvimos que girar la casa, ya que la ubicación proyectada no era la adecuada según la implantación en el terreno”, mencionó, y agregó: “Uno intuye, después científicamente se verifica y uno se da cuenta que hay cosas que no se pueden hacer”.
Por otra parte, también se estudió la ventilación cruzada. Se colocaron paños fijos, utilizando como criterio los laterales para frenar el viento y para organizar los ambientes. La ventilación se origina en la parte central de la casa, sube por la escalera y se retira por una abertura colocada en el techo. El espacio central contiene la circulación vertical y provee de luz cenital a todos los ambientes.
Los vidrios son laminados simples. “El hecho de no utilizar DVH fue por una cuestión económica. El vidrio simple no es lo ideal, pero uno tiene que negociar, había que terminar la obra. Por eso la importancia de aprovechar al máximo la implantación de la obra en el terreno. Por otra parte, la casa tiene un 60% de masa, es decir, que es un porcentaje importante en relación al vidrio. Hubo un montón de cambios, hacer arquitectura para clientes reales es todo un tema, hubo muchas cosas que nos sorprendieron para bien y otras que son una pena”, declaró.
Por otra parte, la casa se construyó con los materiales tradicionales. “Esta casa en Europa hubiese sido construida con una estructura metálica, pero en Argentina no hay experiencia. Así que se realizó de manera tradicional, gran virtud y gran contradicción. Al argentino le gusta tocar y todo sea sólido, pero la realidad es que hubiese sido más coherente que la estructura sea más liviana por la cantidad de voladizos que tiene”, manifestó.
En cuanto al costo de realizar una casa de este estilo, Remy sostuvo que “salió lo mismo que una casa tradicional, solo que costó mucho más esfuerzo”.
“Para la disposición de los ambientes partimos de dos premisas: la primera, agrupar las funciones públicas de la vivienda en la planta baja, y las funciones privadas en la planta superior; mientras que dotar a cada ambiente de la mejor orientación en cuanto a su función fue nuestra segunda premisa”, comentó Remy.
Esta particular vivienda está implantada generosamente en tres lotes de un barrio como Haras del Sol, donde se prioriza la calidad de vida y el respeto por la naturaleza.
Esta construcción significa para los desarrollistas de Haras del Sol reafirmar la propuesta de promover un urbanismo y una arquitectura respetuosos de la naturaleza y de la biodiversidad.
Haras del Sol, la primera urbanización privada en el país en sumarse al movimiento mundial slow, hoy también es pionera en el desarrollo de la construcción de viviendas ecológicas. El concepto slow promueve el mejoramiento de la calidad de vida y la biodiversidad y es por ello que Haras del Sol impulsa la construcción de casas con arquitectura sustentable, que acompaña un trazado con lotes amplios de más de 1.500 m2 y una extensión de 67 hectáreas sin contaminación auditiva ni visual. Sumándose a las más de 50 casas construidas, se termina antes de fin de año, la primera vivienda ecológica. Esta iniciativa partió de la convergencia de un grupo de desarrollistas preocupado por la calidad de vida y el desarrollo sustentable con un arquitecto, Andrés Remy, quien trabajó cuatro años en Nueva York compenetrado con esta problemática. Roberto Alonso, uno de los socios de Haras del Sol, explicó: “Percibimos que el tema de la arquitectura ecológica tenía muchos puntos de contacto con estos principios Slow. A partir de allí, empezamos a promover la construcción de las nuevas casas bajo conceptos de bio-arquitectura y ecología y estamos muy satisfechos de haber impulsado estas ideas y que uno de los propietarios haya materializado la primera casa ecológica, que se termina antes de fin de año”.
La utilización de muros, carpinterías y techos con cámara de aire, al igual que la ubicación estratégica de ventanas rebatibles tanto en planta baja como en el núcleo de circulación para que el aire caliente circule en verano hacia ventilaciones superiores, son otras de las respuestas que da esta vivienda al tema de ahorro energético. Todo esto explica su complejidad formal, tan rica exterior como interiormente, que responde además a la intención de cada pétalo por enmarcarnos una visual a modo de cuadro y así apoderarse una vez más del entorno privilegiado de Haras del Sol. “Una flor de hormigón y vidrio, que creció a partir de un programa de necesidades, de una metáfora que habla de sus usuarios y del barrio privado donde vivirán, amigable con la naturaleza, y de un exhaustivo estudio y resolución de los detalles hacen de esta, una vivienda bioclimática, única y audaz”, concluyó Remy.
Fuente: ventanaenlaweb.com.ar
